Para rematar mi cansancio y mi conciencia, tuve que trabajar con mi jefa, lo que implica dos cosas muy importantes:
- Trabajar perfectamente: la jefa está mirando cada segundo, por lo que cualquier error es potenciado mil veces. Los trabajadores deben trabajar perfectamente (como siempre) y además ayudar a la jefa a realizar cualquier tarea extra, como correr al banco a hacer un depósito antes de que éste cierre, tarea altamente compleja puesto que la jefa tiende a realizar esa petición a las 16:10 y los bancos cierran puntualmente a las 16:00...
- Trabajar el doble: dado que la jefa es jefa, tiene su propio ritmo para trabajar. Por supuesto, debe preocuparse de que los clientes estén contentos, para lo cual es indispensable invertir gran parte de su tiempo conversando con ellos acerca de temas de importancia primordial (rugby, el tiempo y los cambios en la decoración del local). Consecuentemente, los demás trabajadores (es decir, yo) deben suplir inmediatamente esta carencia laboral mediante un insignificante doble esfuerzo... Eso, o llamar al hermano gemelo (de preferencia no maligno) para que ayude a realizar las tareas sin que nadie se de cuenta.
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