Hoy encontré trabajo, y debido a esto decidí cenar apropiadamente e irme al sobre como es debido. Yo yacía postrado en mis aposentos, con pijama, lavado de dientes, habiendo hecho mis tareas y listo para dormir, cuando repentinamente Walter comienza a emitir una
sarta de alaridos y gritos de jolgorio. Yo, pensando que la casa se estaba quemando o que habían visto a Elvis resucitado, salgo en mi onírica tenida deportiva para encontrarme con que todos mis flatmates se encuentran
estupefactos mirando hacia arriba.
Y no es que estuvieran realizando alguna especie de ritual, sino que simplemente la luna se estaba volviendo roja. Para celebrar el hecho de haber encontrado pega (cosa que para la fecha ya parecía una misión destinada al fracaso), la luna se vistió de gala y me ofreció un
eclipse total. La perfecta combinación de dos acontecimientos inusuales.
1 comentario:
mi niño...hasta la luna cambio de color del asombro xD
que genial tener dos hechos geniales en tan poco tiempo...
definitivamente marcha todo sobre ruedas...
y se que todo ira cada ves mejor :)
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